¿Navidad en Cuba? La Habana huele a cochinillo asado y la salsa se puede oír desde los hogares
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Vacaciones en Cuba: En La Habana, la fiesta y el cerdo asado
En una de las puertas de la Calle Habana, el viejo Roberto me cuida en una parrilla improvisada para mí y mis vecinos. Los turistas interesados en los remolinos de humo aromático que salen del patio, pueden voltear la carne sobre el fuego por un momento y tomar una foto de recuerdo. Por supuesto que no es gratis. Para un extranjero de vacaciones, tal atracción vale 1 CUC (peso cambiable). El 24 de diciembre, toda La Habana huele a cerdo asado, sin él no hay cena de Nochebuena en Cuba.
Paleta de cerdo cubana
Por eso el día anterior, la calle Sol, que está cerca, que las multitudes de turistas caminan en el camino hacia el puerto y el bar Dos Hermanos, fluía con sangre. Fue aquí, al anochecer, donde un grupo de jóvenes cubanos equipados con cuchillos de cocina procesaron lechones muertos en una mesa tendida en la calle. Para que en Nochebuena pudieran golpear la parrilla, y luego los platos de los vecinos.
Mientras que durante el día los preparativos para la cena están en pleno apogeo, y el aroma del cochinillo asado se eleva por toda la ciudad, por la noche comienza la fiesta. Hay zumbido y música de todos los hogares de La Habana. Roberto hace tiempo que cerró la puerta de la calle Habana frente a los turistas, ahora sólo la familia, los vecinos y los amigos de la zona tienen acceso a la fiesta.
Pero no sólo se sirve cerdo asado en la mesa cubana de Navidad. También debe incluir arroz con frijoles negros, llamados moros y cristianos y yuca hervida, una raíz que recuerda al perejil blanco. También hay ensaladas de verduras frescas, col picada, pepino verde o tomates y pasteles.
Mesa de Navidad cubana
Si va de compras, entonces en el bazar
Los preparativos para la cena de Nochebuena no son menos intensos aquí que en otros países, y la fiebre de las compras pre-navideñas también se da a los cubanos. En la medida en que los productos básicos como el aceite, el arroz o los frijoles son subvencionados por el Estado y están disponibles en las llamadas tiendas de tarjetas, el resto de los ingredientes necesarios para los platos de Nochebuena los buscan más a menudo los residentes en los bazares.
El mercado de la calle Habana y Velazco cobra vida al amanecer. Al pasar por un estrecho callejón a lo largo de los puestos, el olor de la carne fresca puesta directamente sobre el mostrador, se mezcla con el aroma de piñas maduras, plátanos o papaya. Está lleno de gente, y las compras dominan a las mujeres. Como en cualquier otro lugar de Cuba, la música alta también suena en el mercado. La salsa rítmica sale de los altavoces, lo que da la impresión de que incluso cortar un cerdo con un cuchillo se hace al mismo tiempo que la música.
¿Villancicos? Puedes escuchar en la iglesia
Según las estadísticas oficiales, los cubanos son 70 por ciento católicos. En La Habana, sin embargo, es en vano escuchar los sonidos de los villancicos. Las noches se pasan con la salsa y el reggaeton. Puedes escuchar las canciones más populares desde casi todos los hogares. Los católicos practicantes se estiman en sólo un 5 por ciento. Cultivan la tradición de cantar villancicos en las iglesias.
En la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en La Habana Centro, un árbol de Navidad decorado con adornos y un tradicional pesebre de Navidad se exhiben cada año en la entrada. Es aquí, en Nochebuena, donde los fieles se reúnen para cantar juntos villancicos.
La víspera de Año Nuevo en Cuba. Debes sacar el año viejo...
A medianoche oigo el rugido del agua que cae por la calle desde el octavo piso de un rascacielos cerca del Malecón, un paseo marítimo de siete kilómetros a lo largo de la costa de La Habana. Era una señal de que los cubanos acababan de despedir el año viejo. Como me explica Yorlanda, echar agua a la calle en Nochevieja es una tradición que pretende echar de casa al espíritu maligno del año viejo.