La Habana se da la vuelta y decreta medidas drásticas para evitar la propagación del Covid-19.
Un drástico punto de inflexión en Cuba. En vista de que una gran parte de la población siguió viviendo sus vidas con pocos cambios a pesar de las medidas tomadas hasta ahora para enfrentar el coronavirus -medidas que apelaban sobre todo al autocontrol y a la conciencia individual, sin cuarentenas obligatorias ni prohibiciones de salir a la calle-, el gobierno anunció este lunes un paquete de acciones radicales destinadas a detener la propagación de Covid-19 en la isla. Todos los turistas del país, unos 40.000, tendrán que permanecer en el hotel bajo estrecha vigilancia hasta que puedan salir; los que se alojen en hostales privados tendrán que permanecer en el interior y no se les permitirá circular por las calles; los cubanos o residentes que entren en Cuba a partir de este lunes, pasarán un período de cuarentena de 15 días en un centro de asistencia, sin poder volver a casa.

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Las nuevas medidas también restringen los viajes de los cubanos entre las provincias de la isla y las salidas de los residentes fuera del país. Además, se suspenden las clases en todos los niveles de la educación -algo que no se había hecho, y que se demanda cada vez más en las redes sociales- y se anuncia que se tomarán medidas, incluyendo medidas policiales, para evitar las colas y concentraciones de personas en las tiendas donde se venden alimentos y artículos de primera necesidad, uno de los grandes problemas de Cuba debido a la escasez crónica, que obliga a la gente a vivir día a día.

El Primer Ministro Manuel Marrero lo dejó claro en un programa especial de televisión. No es momento de actividades sociales, visitas, saludos, fiestas, ni de dominó colectivo en la calle, una imagen típica de Cuba. Tampoco es momento de ir a la playa y bailar reggaeton, como ocurría hasta el domingo en la costa de La Habana. "Se tomarán medidas drásticas contra todo aquel que viole estas disposiciones", dijo el alto funcionario, quien señaló que en los próximos días se continuarán tomando severas medidas para prevenir la epidemia.

En este momento hay 40 casos confirmados y un fallecimiento, 1.000 personas están aisladas en los hospitales por síntomas sospechosos y otras 30.000 permanecen bajo vigilancia en sus casas. El Primer Ministro dijo que en las últimas dos semanas 47.000 cubanos o residentes extranjeros han entrado al país y están siendo vigilados de cerca. Al mismo tiempo, los médicos y los estudiantes de medicina están buscando activamente casos sospechosos en los barrios, pueblos y ciudades de todo el país. En una reunión gubernamental previa a la aparición de Marrero en la televisión, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel aseguró que si se cumplen las medidas decretadas, la curva epidémica se controlará a tiempo y se mantendrá en un nivel bajo.

Las autoridades cubanas fueron realistas al admitir que una de las claves sería evitar las aglomeraciones y las colas en los mercados, que debido a la situación cubana son extremadamente peligrosas. Marrero indicó que se tomarán decisiones para garantizar los alimentos de forma racionada - o regulada - para evitar el acaparamiento y facilitar su distribución a través de las casas, algo que no será fácil de hacer, ya que el gran problema de Cuba es la falta de suministro. Pero, se informó, existe la voluntad oficial de evitar a toda costa las aglomeraciones, incluso con medidas policiales. La acción de los agentes en las calles se incrementará en los próximos días, y se adoptarán sanciones contra aquellos que no atiendan a razones. "Todo esto que anunciamos es de estricto cumplimiento", enfatizó Marrero, confirmando que la etapa de medidas progresivas y de autocontrol ciudadano ya forma parte del pasado.

Los mercados y los restaurantes permanecerán abiertos, pero a partir de ahora tendrán que respetar estrictas medidas de higiene y distancia - por lo menos dos metros - o de lo contrario serán cerrados. También se reiteró que cualquier trabajador autónomo (persona que, sin ser comerciante ni profesional, vive de su propio negocio), de los cuales hay 600.000 en la isla, que tenga que cerrar o vea reducidos sustancialmente sus ingresos estará temporalmente exento del pago de impuestos y no perderá su licencia.

La situación de los turistas que aún no han podido salir -unos 10.000 son europeos- se está volviendo desesperada debido a la cancelación de cada vez más vuelos. Este martes comienza la prohibición de entrada al país de los turistas - los residentes podrán regresar - pero aunque el espacio aéreo no está cerrado, la decisión de varias compañías de cancelar sus operaciones puede dejar a miles de personas varadas. Este es el caso de Air France y Air Europa, así como de otras aerolíneas latinoamericanas. Iberia sigue manteniendo sus vuelos, pero ha reducido sus frecuencias. Unos 1.500 argentinos están actualmente sin vuelo de regreso, y lo mismo podría ocurrir con los viajeros de otras nacionalidades. Hasta anoche, según fuentes de inmigración, había unos 1.500